11 abril 2011

LUNES DESPUÉS DEL DOMINGO 10 q shit

Decepción, parece que cuando más temes algo, todo se confabula para que pase. Pero esto es más que un destino hecho por la suerte… es nuestro reflejo verdadero, el que muchos se niegan a ver.

Tenemos un Ollanta feliz pasando a segunda vuelta y unos regordetes cachetes que se salen de una cara más q china de la risa, o más que japonesa de la risa. Nuestros 2 primeros lugares. Mientras tanto la gente dice: ves? Si hubiera votado por Toledo hubiera perdido… por eso voté por PPK.  O sea ¡?¡¡???=?¡¡?¡¡?¡¡??¡¡¡¡¡?????¡¿¿¿

La gente en su mayoría jamás tendrá convicción lógica para elegir un candidato. Siempre se adelanta a los resultados y siempre desea votar por el que va primero, cambia su voto de una hora a otra, y ahora como está de moda, cambia su voto de un estado a otro.

Si ve la cartilla y olvida el nombre o el símbolo, busca la foto que le parezca más familiar y la marca, o recuerda la última conversación con el último taxista o cobrador de combi. ok.

Helouuuuuuuuuuuuu. ¡¡Estamos escogiendo a nuestro presidente!!  En Lima las elecciones aún significan para la mayoría tan sólo un día ajetreado en donde mientras más rápido pase será mejor, un día en donde marcan algo, luego te manchas el dedo te devuelven tu DNI, ya cumpliste con tu responsabilidad, nadie podrá cobrarte nada… y para ti terminó todo.

A las 8pm Si los resultados son coincidentes con tu elección te alegrarás (a pesar de no conocer mucho de este)  y si no ganaste renegarás con poca importancia, y si no gana el tuyo y tampoco el de tu amigo cercano (con el que pusiste barrera por opiniones diferentes) te recontra alegrarás de que no gane su candidato aunque por detrás el Perú se esté yendo a la mierda.

Ahora muchos se mediollenan la boca diciendo que Nadie se salva del mal menor, “tendremos que escoger pues”. Está última reflexión será resultado de otra conversa con el taxista, en el mercado con la casera tal vez, con el tío adulto mayor, con la simpatía del canal del instante, o simplemente la decisión en el punto de venta.

No existe opción para leer los planes de gobierno y analizar… deciden por quien va primero, o deciden por el que tu pata no decidió para seguir dándole la contra.

Me llega que la gente cambie su voto como cambia de canal, esto en Lima; porque en el interior la historia es otra y la sabemos. Y los que no lo sabían se enteran de una gran manera. El voto protesta de la gran masa se hizo escuchar, producto del desentendimiento de todos los gobernantes, la falta de atención a sus necesidades, la indiferencia… este licuado hacen que un personaje como Ollanta y Keiko sean la mejor opción.

Solo hacía falta que aparezca un cuy gringo que cogiera un puñadito de cada grupo, de esos que son tan móviles e inestables, cogerlos y cerrarles el cerebro hacia otras propuestas ciertamente más reales y sobretodo estables. Y emprender el camino hacia un techo no muy alto, pero determinante para poner en primera fila a los 2 que ya sabemos,…ya no es cuestión de qué candidato ganó o perdió, estamos hablando de un futuro oscuro y el otro aún peor.

… entonces la frase final será DIVIDE PARA GANAR, AUNQUE TAMPOCO GANASTE, PERO LA RECONTRACAGASTE.

Qué tal, somos un país tan particular e impredecible. Para mí no hay opción, votaré por Patricio Estrella y les recordaré la madre a algunos en mi próxima cédula. Porque se lo merecen, pero tal vez el Perú también se merezca esto. Y lo digo con pena porque adoro a mi país. Y hasta aquí hemos llegamos. Que se repitan las marchas y por lo que veo venir si es necesario. ME APUNTO.

07 abril 2011

Shuuu t .


Amarrada a la textura se quedó callada
hizo silencio con las manos abrazadas,
pero el abrazo hacía mucho ruido
al pasar la energía de un cuerpo a otro
no pudo sostener el silencio

El silencio cayó y se hizo ruido
en pedacitos chillones y escandalosos, miles
gritaban a la vez y en desorden
no le pudo quitar la mirada, ni pestañear

el ruido levantó sus cabellos… y despertó por fin.

05 abril 2011

Los pasos se quedan detrás del caminante

Abril regresaba por el camino de siempre, en el mismo carro, a la misma hora, con la misma cara y el mismo número de monedas en el bolsillo pequeño de la mochila.

Miraba hacia el mismo lugar cuando le pidieron permiso…

Ella había intentado en varios caminos quitarse la vida. En las vías, en el puente, en el baño de su casa, en el mirador, en la línea de siempre cuando el cobrador le abre camino para que baje con la puerta abierta del bus antes de detenerse. Pero al parecer la falta de público a punto de detenerla no la animaba a concretar su objetivo.

La muchacha regresaba por el camino de siempre, en el mismo carro, a la misma hora, con la misma cara y el mismo número de monedas… pero cada vez con más desgracias en la espalda

Miraba hacia el mismo lugar con los oídos nublados cuando le pidieron permiso. Que problema el que se había ganado sin querer. Siempre hacíamos esfuerzos por esquivar a la gente y evitar cualquier tipo de contacto, al caminar, al correr, al vivir y al soñar. Que estrés.

Miró a esta persona que absurdamente le habló, y regresó su mirada donde siempre… al sur. El chico no parecía rudo, pero le cayó mal como todos y como todo. Tenía esas típicas mochilas garabateadas e incluso frases con errores que detestó, pero ¿por qué se fijaría la muchacha en aquel?

Pues fue un brillo que le hincó los ojos y le hizo girar la cabeza. Entonces la miró fijamente… ¿qué se habrá creído? – dijo. Detestaba a las personas que no sabían que era una falta de respeto mirar demasiado a alguien que no conocen. Tal vez debería largarme de este país en donde no respetan a los desconocidos – pensó por enésima vez en irse hacia un lugar lejano.

En fin, intentó seguir su camino y con varias miradas disimuladas y de reojo lo escaneaba por completo sin querer y no entendió como podía caber en un asiento tan estrecho. En un parpadeo una señora sube con su pequeño hijo y este corre al asiento donde estaba el delgado chico. Pero…

-       ¿dónde estaba este? Lo perdí en tres segundos. Debe estar parado en la puerta apunto de bajar. – piensa y se resiste a voltear.
-       ¡Baja en el siguiente paradero! – grita el cobrador
-       es en este paradero donde bajará, no está lejos de mi casa. – vuelve a pensar sin nublarse.

Bajo el asiento del niño un objeto molesta otra vez sus ojos. Que buena vista tiene, es un anillo ¿acaso es de él? Recordó el sueño que tenía siempre de niña, en el que se perdía al doblar la esquina de su casa y cruzaba un pozo sobre una tabla angosta. El agua en el pozo reflejaba la luna profundamente, tanto que también le molestaba los ojos mirar hacia abajo.

Lo penoso era que al cruzar el puente no encontraba jamás el camino de regreso. Era el reflejo que la perdía una y otra vez. Solo hacía falta doblar la esquina de su casa y ya estaba hecho.

El auto aumentó la velocidad y se paró inmediatamente, entonces ella bajó un paradero después de él… y empezó a caminar hacia atrás para encontrarlo...

INDIVIDUO


Cuando dejamos el individualismo. Dejó de usar el primer pronombre que aprendió, y usó el de ellos. Meditaba cada vez más sobre los lazos transparentes que unen un ser de otro y forman la red más grande en el mundo como telarañas donde los destinos se cruzan y se juegas suertes injustas y tontas... 

El egoísmo empezó a dejarlo cuando observó que lograba ponerse en el pellejo de otras personas con una tele transportación mínima de 5 segundos. 

Dejó de hablar de sus amores, de sus historias; y se metió en los ojos de otros que sufren de verdad y su vida se asemejó a un súper premio gordo, de la que sentía vergüenza  algunas veces. No era doctor, pero cuantas almas calmó de dolor para soportar el sufrimiento de los huesos, la sangre y la carne juntos.

Poco a poco ascendió y su yoísmo se despegaba de él como una piel de anaconda en la que ya no entraba, había crecido… y su nivel de autoestima era tan alto que obtuvo la mejor medalla por amarse asimismo a través de los demás. Sintió ese hormigueo más fuerte que un enamoramiento transformando su pecho en un nudo fuerte de golpes humanos listos para deshacer.

Por fin llegó el día en que entregó algo importante,  verdaderamente importante a un X… ya no era el mismo, ni la misma. Lo había logrado.