11 junio 2012

Mis hermanos de manoplas


El hombre es el único animal que piensa que no lo es.
"La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas."
Cuando comprendamos lo incorrecto que es maltratar a las demás criaturas, dejaremos de maltratarnos  entre nosotros <<<< esta es mi conclusión de todos los días... gracias a las infinitas maneras que tiene el hombre (llamado humano) de maltratar, una y otra vez, como el reloj que no para.

Pareciera que los instintos los hacen mejor que nosotros, son mejores de lejos... y no los merecemos. Ejemplo específico: en la relación entre un perro y el hombre, somos los únicos privilegiados. Antes era un trueque, ahora el hombre lo aprovecha todo a costa del otro.

Cuando llego a casa Saito me recibe con la cola en meneo constante, sus ojitos tiernos, sus orejas hacia atrás y hacia adelante, vivaces de aquí para allá, ellas me cambian el humor, me obligan a dejar en la calle mis malos ratos del día. Me embarga su capacidad de hacernos más humanos, porque así es... ellos de sobra enseñan, mejor dicho a ser humanos realmente. Llevamos de etiqueta ese nombre, pero es falso... los humanos no sobran. Si alguna vez quisiste a uno que criaste en tu casa; sabes de lo que hablo.

¿Pero quién le enseñó a Saito y a Azabache? yo no fui, y eso que yo soy el "ser humano" ¡¡Somos más que imperfectos!! y Saito ¡¡¡Es un genio!!! sabe lo que le conviene, pero nunca nos fallaría, somos su familia, nos adoptó. Me llamó hace 4 años desde una jabita de frutas en el mercado de aquí cerca. Era distinto, era un cachorro... y ahora es feliz con nosotros. He prometido ahora cuidarlo siempre, protegerlo, para que ya no me lo roben ni lo envenenen como a mis otros hermanos, y que permanezca aquí en casa donde lo necesitamos, y donde es feliz con sus hermanos gatos también.

Era muy pequeña cuando tuve mi primer hermano de manoplas, llegó antes que mi hermano humano, se llamaba Duque y era un chiquitín lindo. Era muy pequeña, y fue muy fácil comprender todo lo que necesitan de nosotros, que la ventaja no debe ser sólo de uno, que si fuera de ambos sería genial. 

Es una satisfacción grandiosa ver a tu hermano de manoplas contento, con una postura de aliviado cuando está a tu lado, dentro de tu casa, juguetón, con un día lleno de actividades como sentarse a ver la tele contigo, ladrar si un ruido extraño se escucha, acompañarte a la tienda a comprar el pan, saltar de un lado para otro, defenderte su algún peligro aparece, llamar tu atención o animarte, seguirte a donde vayas, pedir que lo lleves al parque, observar con detenimiento que haces, dar vueltas a la pelota en el patio, levantarse cuando tu te levantas, dormir cuando tú duermes, etc.

Muchos me dirán "hay acciones más honrosas que desear ver feliz a un perro", sin embargo estoy segura de que si comprendes este deseo tan noble, significará que ninguna barrera de odio podrá detenerte en tus acciones por mejorar nuestro mundo. 

Que alegría por los que ya han podido gozar de tener este gran deseo gracias a un hermano de manoplas, porque es un paso gigante.

Esto es lo que me enseñaron mis hermanos de manoplas. El ejemplo es el mejor maestro.

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