15 agosto 2013

Mr. Destiny 7 (nuevos amaneceres)

Siempre colocaba cosas bultosas y livianas sobre los muebles altos, para que caigan como alarma en un temblor nocturno. Botellas de cerveza vacías en la entrada de la habitación. Además seguía escuchando los sonidos del centro de la tierra, las mal llamadas trompetas del infierno que suenan cada vez que las puertas se abren.

Cuando lo tenía cerca, recuerda que siempre imaginaba dónde prefería estar si ocurría un terremoto o algún desastre natural en su ciudad. ¿En casa o con él? Y se sentía rara porque la respuesta nunca era la misma, pero en la mayoría de respuestas elegía estar con él. 

Al parecer se sentía mejor, los días corrían como siempre, y su percepción de la velocidad ya no se estaba deformando como los primeros días... los días más tristes.

Se recostó de lado, la luz de la ventana le daba en la cara. Sus ojos medios cerrados iban dejando el presente; la electricidad recorría todo su cuerpo, parte por parte dejó de ser controlada por su cerebro... las sensaciones dejaron de sentir el espacio real y se fueron al otro lado... su piel era perfecta, lo estaba sintiendo todo, a pesar de que la ilusión era profunda ella siguió consciente. Empezó a dar los primeros pasos consciente de que estaba ahí...

Por momentos hacía contacto con el mundo real para no perderse en el sueño, presionaba con fuerza sus músculos y lograba ver la luz de la ventana a través de sus párpados... no abría los ojos.

La misma sensación que sientes cuando vas en el autobús, decides cerrar los ojos para descansar y prometes no dormir, no duermes; pero cuando vuelves a abrir los ojos te sientes extraño... estuviste entre despierto y dormido o dormiste con un pie en la tierra. La consciencia de saber dónde estaba era fuerte, y por esa razón sólo pudo dar unos pasos firmes y luego las nieblas crecieron... despertó.

Despertó a continuar el día. Parecía que había controlado todo, los lugares, las personas, los recuerdos también... Pero olvidó algo tan importante, su cuarto había permanecido en silencio ese primer tiempo, tal vez lo dejó así sin darse cuenta... La música no estuvo, la música volvió aquel día y lo desmoronó todo.

El poder de una canción era como un portal, ni siquiera lo verás venir porque se abre desde el interior de un ser... de adentro hacia afuera, y te quedas en tu lugar, pero a la vez te vas a cualquier parte, te teletransportas a ese lugar donde la enlazaste para siempre con un hilo del destino. ¿Con qué? Una persona, un sentimiento, una pasión, un deseo, un pequeño momento de felicidad... infinitas cosas podrían ser, y el lazo quedará, algunos en gran intensidad y otros no... pero ahí estarán

El procedimiento para enlazar una canción era efectivo si la escuchabas por primera vez en un momento interesante donde el otro elemento estaba interactuando contigo. Si la canción ya la conocías mucho el sucedo debía ser más intenso para que el lazo se creara.

A él le pasaba igual, sus portales emergen como una corriente oceánica cuando aparecían algunas canciones... ellos solían tener una lista de reproducción frecuente, era bella. Pero también solían ser diversos. Muchas opciones existían para que los portales explotaran.

Pero mientras que en ella los portales explotaban constantemente desde ese día en que volvió la música, él experimentó algo que no hubiera imaginado. Algo que tampoco pudo controlar. Él era fuerte, no se había negado a la música ni a ningún otro hábito recordatorio. Una joven le devolvió la billetera que había caído de su bolsillo cuando cruzó la pista, alguien tocó el claxon inesperadamente y se distrajo. Su billetera tenía dentro un recibo de pago, si perdía aquel recibo su padre hubiera estado en serios problemas. Podían haber perdido la casa.

Cuando la chica se acercó rápidamente a tratar de alcanzarlo casi es atropellada por otro auto y llegó casi cruzó en el momento justo, casi cayó sobre él, el chofer le gritó "bruta" y a ella se le cayó el celular de la mano. Cuando volteó para devolver el insulto. Los audífonos se enredaron en su mano y se oyó la canción que estaba escuchando en ese instante. La canción era algo nostálgica y por eso ella estuvo mirando el suelo segundos antes, fue por eso que pudo ver cuando la billetera cayó tras los pasos de él.

Todo ese desorden organizado perfectamente ocasionó que una canción que ya tenía un portal dentro de él se mezclara con aquel hecho tan intenso. Ella llamó su atención y parecía en el limbo. Reaccionó para darle las gracias, pero no pudo evitar oír la canción y lo atrajo aquella chica.

Cuando llegó a casa, aún sin darse cuenta de que su portal se había convertido en un híbrido extraño, robóticamente puso la canción en el reproductor y el portal explotó con una alegría nostálgica y con una tristeza enérgica... Sintió esa tristeza familiar por la chica a la que estuvo amando los últimos años y a la vez un pequeño gesto sonriente asomó en su rostro porque aparecía el rostro nuevo de la última chica.

No era imposible. Él también se encontraba entre dormido y despierto.

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