22 octubre 2010

EL ÚLTIMO MOMENTO


Empezó a caer del sexto piso y todo se estaba registrando en un video.
- Mírate, estás en la tele… en todos los noticieros de la noche
- y seguro que en la mañana también aparezco. Repiten mi caída una y otra vez; aquí es donde no me doy cuenta de que se rompió… y luego estoy abajo.
Empieza la película de mi vida… en ese último momento.
- entonces es cierto que vemos nuestra historia antes de llegar al final, en el último momento.
- mi último momento no alcanzó; no es cierto que ves tu vida entera tan rápido. De verdad que a mí no me alcanzó.
Pero si pude ver cuando cambié mi querido S. de Chuco para venir a la Lima, a trabajar, pues a mi papá le salió un cáncer y queremos curarlo. Somos siete hermanos… éramos siete hermanos y era suficiente para juntar plata.
- también recordaste cuando no te pusiste el arnés, y estabas sin casco. Creo que pensabas en que bien quedaría el edificio en medio del centro de Lima cuando termines de pintarlo. Y en por fin cobrar el pago para el hospital de tu padre.
Mañana vendrá otro pintor. Y acabará tu trabajo.
- sí, y el cáncer de mi padre ya no se puede curar. Que problema, no habrá plata para mi cajón y todo lo demás.
- si hubieras tenido la cuerda cerca para cogerla y parar un poco la velocidad de tu caída, como el otro pintor que vi hace dos o tres años, no muy lejos de aquí; por la avenida Colmena. En su aparente último momento cogió con fuerza la cuerda y a pesar de que siguió cayendo lo cambió todo. Medio segundo, un tercio de segundo, una décima de segundo… ¡un micro segundo! Que suerte tuvo.

- no se pudo.
- quise volar, quise extender mis manos como si fuera un trampolín salvavidas… pero fueron pequeñas, insignificantes. No sirvió de nada haber visto antes que cualquiera el comienzo de tu caída. Perdóname.
Debí hacer más.
- tal vez te hacías daño al intentarlo, mejor que no.
- pero éramos más en ese segundo, tal vez pudimos dar un poquito cada uno para amortiguar tu caída, más cuerpos de más personas hubieran ayudado. Eso si hubiera podido salvarte. Pudimos salvarte antes de que caigas… antes de que salieras de tu pueblo, antes de que no te pusieras ni el arnés ni el casco.

- eso sí…

No hay comentarios:

Publicar un comentario