26 febrero 2013

El amor

Post tardío del 14 de febrero.

"Sé que nos iremos tú y yo con el vaivén
también sé que a ti te daba igual, perderme
pero a mí no, a mí no me da igual
yo tengo un corazón, que quiere hundir mi cuerpo en los mares de ilusión
y no quiero estar atado, quiero estallar en huracanes de pasión... 
mírate corazón, mírate y mírate..."

No existe el destino, nosotros nos hacemos el camino. Un día le dijeron que todo se había confabulado para que ambos se cruzaran en la vida, pero todo está hecho por la casualidad... nada está dicho o escrito, lo escribimos nosotros en un juego de suertes. Los únicos que piensan que el destino los unió al ser que aman son aquellos que han encontrado una química intensa, constante y duradera, todo esto a la vez. Estas personas no son capaces de imaginarse la vida sin su ser amado, sin su media naranja, sin el amor de sus vidas; son ciertamente afortunados y débiles a la vez.

Él le dijo que su amor era eterno y ella también lo creía, se sentían los seres más especiales del mundo y ninguno mentía en ese momento. Dejaron huella uno en el cuerpo del otro, podrían haberse hecho hasta un tatuaje, felizmente no hubo tiempo. Lo tenían todo planeado, por dificultades que causaban sus familias alguna vez quisieron casarse en secreto, ella aún creía en el matrimonio con mucho devoción... felizmente no hubo tiempo. Sus peleas no duraban ni 1 hora, se leían la mente, no había secretos entre ellos... ambos cedían con el fin de solucionar el problema, que casi siempre era un malentendido o algo sin importancia. Fueron leales. Sus canciones eran indelebles, tal vez sería lo único que permanecería intacto en la mente del otro cuando ya se hayan dicho adiós, cada uno a su manera.

"qué haz hecho contigo
miraba aquella luna de la noche siempre esclava
no quería perderme una sola madrugada
al menos contigo, lo diré bajito"

Incluso él imaginó que alguna vez la vida los separaría, pero no porque se dejaran de amar (eso era imposible) y ella por jugar con su historia inventó un problema ficticio; entonces decidieron prometerse que luego de tal tormenta volverían a reunirse para seguir juntos su camino... pero eso no sucedió.

Pasado el tiempo que hizo su trabajo y maduró un poco a ambos chicos, uno de ellos aclaró su vista y empezó a ver los defectos del otro, y estos no le gustaron para nada. Sin embargo su amor aún era capaz de esconderlos inocentemente... pero no por mucho tiempo.

"y al final nos quedaremos ya verás con el vaivén
y aunque por ejemplo a ti te siga dando igual, perderme
a mí es que no, a mí no me da igual
yo quiero un corazón, no quiero echar de menos los mares de ilusión...
no quiero estar en un puerto donde ya no estallan huracanes de pasión
mírate corazón, mírate..."

La idea de verse en diferentes caminos ya había crecido tanto, sin embargo no era nada fácil que alguno decidiera primero la ruptura. Ella se sentía tan débil cada vez que intentaba terminar todo. Los recuerdos son como los maestros torturadores, no dejan respirar a la razón, acaban contigo... te hacen llorar, sufrir sin razón, porque estás casi ciego. Ella tardaba para decidir dar el paso hacia adelante, pero sentía que caía en el abismo del desamor. Él era consciente de que algo se había roto para siempre, pero lo negaría hasta el final. Una divergencia del camino entre ambos era inconcebible. Ella tocó el piso del abismo directamente con los pies, simplemente dejó de amar, el olvido hace un trabajo muy profesional... ahora todo sería más fácil.

"si yo no lo merezco, no me hagas destino
pero si no me acompañas yo me hago el camino
pa' que no te despiertes, lo diré bajito
lo diré al oído..."

El olvido era el mejor en su chamba, era como volver a ser la misma persona antes del amor. Las personas no cambian cuando se enamoran, simplemente descubren una parte de su ser que no conocían... en aquel momento ni ellas mismas se reconocen, el amado tendrá tendrá la oportunidad de disfrutar de aquel descubrimiento. Pero el olvido no perdona nada, no importan cuantos momentos bellos tengas en tu memoria, él lo derrumbará todo; le quitará brillo de cierta manera. Pocas cosas como la música se salvarán del ataque destructivo del olvido.

Ella sigue siendo la misma, tiene corazón, tiene sentimientos, no pretendía hacer daño, él no tenía la culpa, no debía volver a nacer para cambiarlo todo, pero uno dejó de amar por primera vez. Esto podría ser más importante que amar por primera vez.

Este es el vaivén, él entendió y ahora ya no es un niño... es más fuerte que un niño. Decidió que si ella no lo acompañaba a hacer el destino, sólo le queda continuar haciendo su camino. Continuará...

Cursiva: Letra de la Canción "Lo diré bajito" Alejandro Sanz.

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