22 febrero 2013

Saito ¿eres feliz?

A Saito le gusta salir al parque a la medianoche, sale más o menos 4 veces al día. Pero cuando todo el mundo andaba fuera de casa ocupado, no gozaba de este privilegio.

Es que a veces no puedo dormir tranquila pensando en si él es o no feliz, no todas las veces lo acompaño en su recorrido al parque, me recibe con mimos y saltos y algunas veces lo ignoré sin darme cuenta,  anda aburrido de comer las mismas galletas a sus 4 años,cuando estoy muy libre le doy sus galletitas en la boca, eso le encanta, pero no lo hago muy seguido; lo mandamos a bañar 1 vez al mes, también una vez al mes le aplico el antipulgas y es lo que más odia Saito... luego de cada cena sube las patitas delanteras a la cama para apechugarse con nosotros, pero no dura mucho antes de que lo saquemos de ahí.

Entonces me pregunto si él es feliz, ¿acaso algunas vez pidió ser dependiente del ser humano? No creo. Siento en mis remotas y antiguas vidas que soy culpable, porque fue mi especie la que condenó a estas criaturas a vivir bajo nuestra sombra, a depender de nuestro buen humor, de nuestra bondad, de nuestra salud mental... de alguna manera los condenamos a ser ángeles en 4 patitas a nuestro servicio, ángeles que no hablan pero que bien expresan el amor; ángeles de verdad, esencia pura, que nos quieren pase lo que pase, que sólo saben entregar amor.

Saito muerde el peluchito que le regalé cada vez que vuelve del parque, ya gastó varios... mi madre dice que lo quiere mucho y que es una excelente compañía. Digo yo: qué más puede hacer metido en esta casa siempre, si él no quisiera ser un lindo y tierno acompañante ¿a dónde podría ir?. Sin embargo él se siente feliz; con que hagamos caso a su saludo con el mismo cariño que él me da, parece que siente que su esfuerzo vale la pena; pero me engaño a mí misma, si no le hiciera caso al show que me hace cuando vuelvo a casa, él seguiría ahí disponible, a merced de que aparezca mi buen ánimo de hacerle un cariñito... 

¿Qué más podría hacer? cada día imagino y veo cuántos ángeles como Saito deben esperar un milagro para que su humano por lo menos demuestre el mínimo de responsabilidad, y siento que muero. ¿Cuántos lloran por dentro con mucha pena, pero son incapaces de engendrar maldad. ¿Cuántos en el mundo reciben lo que no se merecen? 

Cada vez que puedo lo abrazo y le pido perdón, y él me pide que lo lleve al parque.

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